sábado, 24 de noviembre de 2007

El reencuentro


Faltan en la foto:
- Jordi: Otros eventos y sus gemelos le impidieron corretear por la banda
- Jaime: Se le esperaba pero no compareció. El tráfico de Hospitalet, ya se sabe
- Jesús: Atrapado por la globalización en Chile
- José: Colgó las botas despues de un gol olímpico
- Jordi Baudés: In memoriam. Ni el que lo trajo se acordaba que jugó una temporada en Las Planas
Agradecimientos:
- Eva por su reportaje fotográfico y la paciencia de aguantar un partido de viejas glorias
- Guinness por patrocinar la tercera parte del partido

El epicureísmo

El epicureísmo es un sistema filosófico enseñado por Epicuro de Samos, filósofo ateniense del siglo IV a.C. y seguido después por otros filósofos, llamados epicúreos.
En el año 306 a.C. Epicuro adquirió la finca llamada "El Jardín" en las afueras de Atenas y fundó su escuela de filosofía. Formada tanto por varones como por mujeres (gran novedad en las escuelas griegas), en ella vivió aislado de la vida política y de la sociedad, practicando la amistad y la vida estética y de conocimiento.
Epicuro proponía la realización de la vida buena y feliz mediante la administración inteligente de placeres y dolores, la ataraxia y los vínculos de amistad entre sus correligionarios. Este placer no debía de limitarse sólo al cuerpo
, sino que debía ser también intelectual, ya que el hombre es un todo. Además, para Epicuro la presencia del placer o felicidad era un sinónimo de la ausencia de dolor, o de cualquier tipo de aflicción: el hambre, la tensión sexual, el aburrimiento, etc. Era un equilibrio perfecto entre la mente y el cuerpo que proporcionaba la serenidad. El placer puro es el bien supremo, el dolor el mal supremo. Los placeres y sufrimientos son consecuencia de la realización o impedimento de los apetitos. Epicuro distingue entre tres clases de apetitos:
los naturales y necesarios, como comer y beber, que son fáciles de satisfacer;
los naturales pero no necesarios, como los eróticos: no son difíciles de dominar y no se necesitan para la felicidad;
los no naturales ni necesarios, como las drogas; éstos hay que rechazarlos completamente.